24 mar 2011

¿Cómo es un día en una mesa electoral?


Pues raruno.


¿Casualidad o serendipia? Pues ley: pura, dura e impepinable. Vamos, que de esta no te mueven.

Dejando de lado los días previos y las bajadas y subidas de santos del cielo intento empezar la jornada de una manera positivamente resignada.

Mi pack de supervivencia:
  • Tarjeta de metro (no me pagan el transporte).
  • Dinero (me dan 10€ en dietas para subsistir 12 horas base).
  • Apuntes.
  • Periódico gratuito.
  • iPhone (puntualizo porque aquí el tema 3G es absolutamente esencial).
  • Libro.
  • Kleenex, chicles y alguna frusleria varia para pasar dignamente.

Entrada a las 7:30 para fichar y poder empezar a las 8:00.
Me toca ser secretaria de mesa y mi digno e indispensable trabajo es el de rellenar, durante 12 horas, justificantes para el trabajo.

Qué puedo deciros, si ya os ha tocado alguna vez el honroso trabajo de representar en una mesa electoral ya os lo he contado todo, y para los que no (y esto es importante): también os lo he contado todo.
En mi caso han sido doce horicas muy tranquilas de no hacer nada, pero sin sentirme culpable porque yo estaba ahí, levantando el sector con mi encomiable labor.

Cerramos mesa a las 20:00 y empezamos con el escrutinio. Esto es importante (lo demás también pero esto más) porque llegadas las 20:00 no te puedes ir hasta que acabas la faena BIEN.
En este punto decido ser una Gacela Thompson del recuento, una habilidad innata surge de mis dedos, abro sobres como si de la final de Eurovisión se tratara, no hay piedad ni baba en solapa que valga.
Mente fría, orden, recuento y revisión. Mi radar de saiyan saca humo.
Faena finalizada limpia y dignamente. Tiempo de acción: 45 minutos.
Palmada en la espalda, todos contentos (no por la faena si no porque nos vamos a casa en tiempo record). EPIC WIN para mi, debo decir.

Balance final:
  • Sueño acumulado por levantarse a horas que no tocan. 
  • 2 viajes de metro.
  • Periódico gratuito (check it, leído). 
  • 6€ en café, croissant, galletas y zumo (estos para la merienda que finalmente no he comido).
  • Frankfurt, botellín de agua y patatas fritas 5’50€ (ya nos hemos ido del presupuesto aquí).
  • Libros y apuntes no leídos.
  • iPhone recargado dos veces.

La moraleja niños es que si te toca, te toca, pero si te toca, lo único que no debes olvidar JAMÁS… es el móvil.

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